miércoles, 28 de agosto de 2019

“La primera dama de los derechos civiles”

Por El rincón de Isaías

Montgomery, Alabama, Estados Unidos. 1 de diciembre de 1955. Una mujer de 42 años, de raza negra, va en el autobús marcado con el número 2857 de Montgomery Bus Lines de regreso a su casa, en medio de la ola de protestas por los derechos civiles de los negros en ese país. En esa época los buses tenían una señalización que decía que los blancos iban adelante y los negros atrás. Las personas de raza negra subían al vehículo, pagaban su pasaje y debían bajarse para volver a montarse por la puerta trasera. Esa era la ley existente.

Antes de ser reconocidos sus derechos en los Estados Unidos, los negros no podían mezclarse con los blancos en muchos espacios, al punto que en los buses tenían zonas definidas para unos y otros o los negros tenían que ceder los asientos a los blancos su estos iban de pie.
Foto tomada de eldesconcierto.cl

La protagonista de esta historia se acomodó ese día en los asientos que podían ocupar los negros si un blanco no hacía uso de ellos, pero cuando esa parte del bus se llenó, el conductor le pidió a ella y a otros tres chicos negros ceder el puesto a un pasajero blanco que acababa de ingresar al automotor. Los otros se levantaron, pero ella hizo caso omiso de la petición y siguió allí sentada.

El conductor intenta persuadirla y la amenaza con hacerla arrestar. “Puede hacerlo”, responde. Cuando la policía le pregunta por qué no se levantaba, contesta con otra pregunta: “¿Por qué todos ustedes están empujándonos por todos lados?” Por tal acción acaba en la cárcel por perturbar el orden, en lo que para muchos fue la chispa del movimiento y por ello a esa mujer la llamaron como “la primera dama de los derechos civiles”.

Con su negativa a ceder su asiento a un blanco, Rosa Parks sembró una semilla de descontento, que tiempo después recogió sus frutos al ser levantada la segregación racial a los negros en los buses de Montgomery y Alabama.
Foto tomada de thedailybeast.com

Antes de esto, los historiadores registran tres incidentes similares: el ocurrido a Claudette Colvin el 2 de marzo del mismo año; otro, el de Irene Morgan en 1945 y el acaecido con Ida B. Wells, en 1884, 71 años antes; pero este fue el que logró mayor resonancia.

El nombre de esta mujer era Rosa Parks, nacida el 4 de febrero de 1913 en Tuskegee, Alabama. Era hija de un carpintero y de una maestra y poseía ascendencia africana, nativo americana, escocesa e irlandesa. Cuando terminó sus estudios contrajo matrimonio con Raymond Parks. Vivía con su esposo en una época en que la división y la segregación de las personas por su raza, en particular a los negros, tenía mucha importancia en gran parte de los estados del sur de los Estados Unidos, al punto que la situación no era solo social, sino que estaba amparada por las leyes.

El asunto no quedó allí. El percance llegó a oídos de un pastor bautista llamado Martin Luther King, que aún no era muy reconocido, pero que trabajaba por el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos y quien de inmediato lideró la protesta contra los buses en Montgomery e invitó a la población de raza negra a no utilizar sus servicios. Durante 382 días, cientos de hombres y mujeres de raza negra se desplazaban a pie por las calles de esta ciudad y los buses iban con pocos pasajeros. El pueblo contemplaba atónito estas marchas diarias, pero ellos no cedieron en su empeño. Al final, la empresa solo daba pérdidas y estaba al borde del colapso económico. Ante la situación tan extrema, la autoridad del transporte público se vio obligada a terminar la práctica de segregación racial en los autobuses.

En el Museo Henry Ford, del estado de Michigan, está exhibido el bus en que Rosa Parks viajaba cuando tomó la decisión de no ceder su asiento y ayudar a cambiar el rumbo de la historia.
Foto tomada de es.wikipedia.org

En 1956, la lucha judicial contra la ley segregacionista de Montgomery y Alabama llegó finalmente a la Corte Suprema de los Estados Unidos que declaró inconstitucional el racismo en el transporte y así, sucesivamente, se fueran quitando otro tipo de discriminaciones que tenían las gentes de color que no podían acceder a escuelas, piscinas, restaurantes y diferentes servicios públicos exclusivos solo para los blancos.

Año 1950. Rosa se une al movimiento de derechos civiles y se convierte en un ícono de esta lucha. Tiempo después se traslada a Detroit y trabaja con el representante afroamericano John Convers del partido demócrata desde 1965 a 1988. En 1979 es reconocida con la medalla Spingarn. En 1980 recibe el Premio Martin Luther King Jr. En 1983 es incluida en el Michigan Women’s Hall of Fame por sus logros en el progreso de los derechos civiles. Y en 1989, después de una vida de batallar contra el racismo, Rosa recibió la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos.

Detroit, Michigan. 24 de octubre de 2005. A la edad de 92 años Rosa Parks muere como consecuencia de un infarto al miocardio, en la casa de retiro en la que pasó sus últimos años.

Octubre 30 de 2005. Sus restos son honrados en la Rotonda del Capitolio, siendo la primera mujer y la segunda persona afroamericana en tener este honor.

Rosa Parks pasó a la historia por un acto aparentemente simple y cotidiano, pero fue abanderada e inspiración en la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de esto, su vida no estuvo alejada de la controversia porque algunos historiadores han cuestionado la veracidad de algunos aspectos de su lucha, diciendo que simplemente era “una costurera cansada”, hecho que ella desmintió en su autobiografía “Mi vida”, donde dijo que no es verdad que solo fuera eso, sino que estaba ”cansada de ceder”.

En una visita que el presidente Barack Obama hiciera a Michigan, en abril de 2012, ingresó al museo Henry Ford y reflexionó sobre el coraje, la tenacidad y la dignidad de esta mujer y de otros héroes anónimos que han ayudado a construir el sueño americano.
Foto tomada de elpais.com

Tiempo después de ocurrido aquel percance en el bus con el hombre de raza blanca, dijo en una entrevista a la BBC que “Este ni siquiera había pedido el asiento”.

Así fue como Rosa, con una actitud, aparentemente simple y desprovista de violencia, se convirtió en adalid de los derechos civiles de su comunidad en los Estados Unidos.

No es más por hoy. Ahí les quedo…


1 comentario:

  1. Extraordinario este artículo, así debe ser sin restricciones por color.

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