martes, 20 de agosto de 2019

¡Qué miedo!

Por El rincón de Isaías

Son muchas las personas en el mundo que sufren de algún tipo de fobia. Y las hay desde algunas que se consideran comunes, hasta unas tan raras y con nombres bien extraños. No distinguen clase social, ni raza, ni cultura. Están por todas partes.

Las fobias, aunque quienes las padecen saben que son irracionales, las personas no pueden controlar el miedo que les produce.
Foto tomada de lasillarota.com

Según el diccionario una fobia “es un temor intenso e irracional, de carácter enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación”. También la define como “el odio o antipatía intensos por alguien o algo”.

Hay algunas que se consideran comunes como la claustrofobia, que es el miedo a los espacios cerrados o la agorafobia, que es lo contrario y se define como el miedo a los espacios abiertos. Está también la aerofobia, que es el miedo a volar o a tener un accidente aéreo y la acrofobia, que es el miedo a las alturas e incluso hay fobias de tipo social, por ejemplo, el temor a hablar en público, que se llama glosofobia.

Pero como decíamos al inicio, hay unas muy raras y con unos nombres muy extraños, que hasta da dificultad leerlos, escribirlos, pronunciarlos o memorizarlos.

Es el caso de la amaxofobia, que es el temor a conducir un vehículo y que suena bastante curiosa en esta época en donde tanta gente desea tener su automóvil. O la astrafobia, que es el miedo a los rayos y las tormentas, o sea que al que la sufre, le toca meterse debajo de la cama en un fuerte aguacero.

La cinofobia parece que fuera de los gatos, porque se define como el miedo a los perros. Y si le tiene miedo a las inyecciones -¡qué susto!- pues usted sufre de tripanofobia; pero si quiere quedarse ignorante o le da miedo aprender, pues ocurre que padece sofofobia.

Imagínense ustedes a nuestro Egan Bernal campeón del Tour de Francia, sufriendo de xantofobia. Pues le hubiera dado un “yeyo” que llaman porque esta es la fobia al color amarillo. O que tal un pobre ratón con turofobia. Se muere de hambre, porque es el temor al queso. De igual modo el multimillonario Bill Gates no podría mirar su dinero si sufriera de crematofobia o crometofobia, puesto que le daría una alergia o algo así, porque así se conoce el temor al dinero.

Y hay más de estas raras. Está la omfalofobia que es el miedo a los ombligos. ¿Cómo les parece? ¡Tenerle miedo a un ombligo que no le hace daño a nadie! O qué tal el que sufra de uranofobia, pues tendrá que irse a vivir a los mismísimos infiernos, porque sufre de miedo al cielo. Y no puede ser peluquero o barbero quien sufra de ogonofobia. Se dice que fue descubierta en 1851 y es nada más y nada menos que el miedo hacia las barbas.

¿Quieren saber más? Pues resulta que también hay fobias hacia los números y son bastante extrañas. Por ejemplo, si usted le tiene miedito al número 13, simplemente sufre de triscaidecafobia, ¿Tris qué? Pero si esta le parece difícil de pronunciar y de escribir, les cuento que hay una fobia más compleja, cuyo origen está ligado a Satanás o al Anticristo y se dice que es más frecuente que la padezcan aquellas personas que se han criado en familias cristianas. ¿Y saben cómo se llama? Cojan aire pues porque es como larguita: hexakosioihexekontahexafobia. ¿Fácil no?

Quién creyera que hasta circunstancias alegres, como estar al lado de un payaso, que es el dueño de la risa, produce miedo en las personas.
Foto tomada de rolloid.net

Hasta la alegría tiene sus fobias. Por ejemplo coulrofobia es el miedo a los payasos. Y aunque parece mentiras, muchas personas, en especial niños -quien lo creyera- les tienen miedito. Y más con ciertas películas que andan por ahí.

Y ni el Papa se escapa. ¡Qué pesar! Tan buena persona que parece el Sumo Pontífice Francisco y resulta que existe la papafobia o la fobia al Papa. Lo que si es que la mejor cura para ello es estar lejos del Vaticano.

Ni las mujeres se salvan. Para ellas también hay fobias. Está la caliginefobia, que es la aversión a las mujeres guapas y está la ginefobia que es la fobia a las mujeres. Extraño eso de tenerle miedo a nuestras queridas y amadas damas. Pero de todo se ve en la viña del Señor, como dicen por ahí.

Pero tal vez la más rara, la campeona, la más difícil de pronunciar, escribir o aprender, la más de las más es esta fobia muy acorde con su significado. Vean esta perla: hipopotomonstrosesquipedaliofobia, que es el miedo a las palabras largas. ¡Qué tal el nombrecito! ¿No podía ser más corto?

Para el tratamiento de las fobias se requiere de algún tipo de medicación, además de terapias del orden psicológico, que ayuden al paciente a manejar o superar esta situación.
Foto tomada de bbc.com

El hecho es que hay varias circunstancias comunes con las fobias. Por ejemplo, quienes las padecen, saben que son irracionales, pero aun así no pueden controlar el miedo que les produce. Y entre los síntomas más comunes están los dolores en el pecho y la sudoración. En cuanto al tratamiento, se habla de terapias de tipo psicológico y algún tipo de medicación.

Hay muchas fobias. Incontables tal vez. Aquí solo les puse un panorama a ver si se atreven a curiosear sobre el tema. No les de miedo. No sean fóbofóbicos -miedo a las fobias-. ¡Háganle pues!

No es más por hoy. Ahí les quedo…


4 comentarios:

  1. Buenísimo, increíble tantas fobias tan raras yo le tengo fobia a los gusanos.

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    1. Gracias por escribirnos. Lo invitamos a compartir los contenidos de El Faro.

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  2. la Senofobia, la fobia a los senos de la señora de uno.

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